
El apadrinamiento es mucho más que una ayuda económica. Es un puente emocional entre dos realidades. Cuando alguien en España decide apadrinar a un niño o niña en Uganda, no solo está colaborando con su escolarización, salud o alimentación: está generando un vínculo que cambia ambas vidas.
Para los niños, saber que alguien piensa en ellos desde tan lejos, que les escribe, que se preocupa… es una fuente de autoestima y motivación. Para los padrinos y madrinas, el apadrinamiento les conecta con el mundo de una forma más humana, más comprometida, más consciente.
En KIDANDA creemos en un apadrinamiento responsable, transparente y transformador. Si quieres saber cómo puedes implicarte, este blog será también una ventana abierta para ti.