Uganda es un país vibrante y lleno de potencial, pero también enfrenta enormes desafíos en materia de derechos de la infancia. Con más del 47% de su población menor de 15 años, Uganda es uno de los países con mayor proporción de niños en el mundo. Esta realidad convierte la atención a la infancia en un reto urgente y prioritario.
Muchos niños y niñas ugandeses crecen en contextos marcados por la pobreza extrema, el abandono, la falta de acceso a educación de calidad y a servicios básicos de salud. A esto se suman fenómenos como la desnutrición crónica, el trabajo infantil y, en algunos casos, la explotación o el abuso. Aunque existen políticas públicas orientadas a la protección de la infancia, los recursos son muy limitados y las necesidades superan con creces las capacidades del sistema.
Recaudamos fondos para los niños y niñas de Uganda que necesitan tu ayuda hoy.
C/ San Juan de Dios, 32
41005 Sevilla
690095215
Financiado por la Unión Europea – Next Generation EU. Sin embargo, los puntos de vista y las opiniones expresadas son únicamente los del autor o autores y no reflejan necesariamente los de la Unión Europea o la Comisión Europea. Ni la Unión Europea ni la Comisión Europea pueden ser consideradas responsables de las mismas
Los niños del orfanato Toro Babies Home (Fort Portal, Uganda) tienen que abandonar el orfanato a los 4 años. Algunos de ellos pueden ser reubicados con familiares más o menos cercanos. En la mayoría de los casos, dichas familias cuentan con escasos recursos económicos y falta de atención a los niños. Esto impide a los niños su bienestar, su alimentación y el acceso a una educación y atención sanitaria mínimas.
Desde KIDANDA nos ocupamos de aquellos niños del orfanato que no tienen a dónde ir. A su salida, les reubicamos en el colegio-internado Early Bird Nursery School donde, además de acudir a la escuela, viven en condiciones que garantizan su bienestar, gracias a la colaboración de madrinas y padrinos que cubren sus cuotas escolares y su boarding y cuidados en el internado.
Necesitamos conseguir apadrinamientos mensuales que cubran las necesidades de los niños tras su salida del orfanato, manteniéndoles en el internado y cubriendo los imprevistos que les surgen, tales como facturas médicas, deterioro o pérdida de sus ropas, zapatos, uniformes y material escolar.
Durante sus periodos vacacionales, los niños tienen que abandonar el internado y volver a entornos donde su bienestar no está garantizado.
En muchas ocasiones no tienen realmente a dónde ir. En otras, sus familias no pueden o no quieren hacerse cargo de ellos. Como resultado, durante dichas semanas los niños viven situaciones muy críticas, con falta de cuidados de todo tipo, indiferencia e incluso malos tratos.
Hay tres periodos de vacaciones escolares al año: desde principios de diciembre hasta principios de febrero del año siguiente (fin de curso, Navidad y verano), desde finales de abril hasta finales de mayo (fin de trimestre), y desde finales de agosto hasta mediados de septiembre (fin de trimestre). Además, existen también vacaciones por días festivos especiales, como Semana Santa y distintas fiestas nacionales.
Desde KIDANDA trabajamos para poder alojar a estos niños en una casa de acogida. Contamos ya con una vivienda en alquiler, que tenemos acondicionada con literas, colchones, sábanas, mantas, etc. Además, contamos con personas con experiencia en el cuidado diario de los niños.
Con tu ayuda, cubrimos todos los gastos asociados a estas acogidas vacacionales, el alquiler de la vivienda, la alimentación y el transporte de los niños, así como el salario de la cuidadora.
El hambre invisible en el aula: en muchas escuelas rurales de Uganda, los niños llegan sin haber comido nada desde el día anterior. En algunos casos, incluso han caminado varios kilómetros para llegar. La falta de energía afecta directamente a su rendimiento: la atención decae, las ausencias aumentan y la deserción escolar se convierte en una amenaza constante.
En KIDANDA colaboramos con escuelas e internados para garantizar un plato al día, normalmente a base de posho (harina de maíz), judías o arroz, acompañado de vegetales locales. A veces también fruta, huevos o leche, dependiendo de la disponibilidad.
Tú puedes ser quien transforme el hambre en energía, la incertidumbre en oportunidades y el aula en un espacio de esperanza.
Nuestro proyecto nos permitirá atender a niños y niñas en situación de vulnerabilidad extrema, proporcionándoles:
Nuestro modelo de intervención se basa en tres pilares:
Este proyecto nace del corazón, pero se ejecuta con rigor, transparencia y una profunda vocación de servicio. Tu ayuda será la semilla de un futuro hogar para muchos niños que hoy no tienen ninguno.